Algo importante que debemos saber, es que en nuestro propio cuerpo existen los cannabinoides como es la anandamida.
Nuestra piel, tenemos receptores de cannabinoides (CB1 y CB2). Estos forman parte de un sistema endocannabinoide que está implicado en el mantenimiento de la homeostasis de la piel así como la función barrera de la misma a través de su activación a nivel, por ejemplo, de las glándulas sebáceas.
Los receptores CB1 y CB2 se encuentran en la epidermis, en los sebocitos de la glándula sebácea, el folículo pilosebáceo o en células sensoriales en la dermis.
El sistema endocanabinoide está implicado en distintos estados y/o patologías cutáneas como la sequedad cutánea o el acné por su acción sobre los sebocitos.
Según algunas fuentes el CBD actúa como adaptógeno, lo que significa que es capaz de aumentar la capacidad de adaptarse a factores ambientales y evitar el daño causado por los mismos.